La fábula para niños La Zarigüeya del Futuro de Ambrose Bierce concluye con una didáctica moraleja, como es propio de una buena fábula. Que tengas una excelente lectura.
Un día, una Zarigüeya que había dormido colgada por la cola de la rama más alta de un árbol, despertó y vio a una inmensa Serpiente enroscada en la rama, entre ella y el tronco del árbol.
Si sigo aquí, se dijo la Zarigüeya, la Serpiente me tragará; si me dejo caer, me romperé la crisma.
Pero de repente se le ocurrió que podía fingir.
—Refinada amiga —dijo—, mi instinto maternal reconoce en ti una noble prueba e ilustración de la teoría de la evolución. Tú eres la Zarigüeya del Futuro, el último y más apto sobreviviente de nuestra especie, el maduro resultado del progresivo desarrollo prensil: ¡todo cola!
Pero la Serpiente, orgullosa de su antiguo renombre en la historia bíblica, era estrictamente ortodoxa, y no aceptó el punto de vista científico.
Fin de La Zarigüeya del Futuro de Ambrose Bierce