El león viejo, el jabalí, el toro y el asno de Fedro

El león viejo, el jabalí, el toro y el asno de Fedro



No hay fábula para niños que no tenga moraleja final y El león viejo, el jabalí, el toro y el asno de Fedro la tiene. Para niños y no tan niños. Buena lectura.

Agotado por los años y abandonado de sus fuerzas, un león yacía, exhalando su último aliento; un jabalí vino rezumando espuma en sus fulmíneos colmillos y vengó con una dentellada una antigua injuria. Luego un toro atravesó con sus cuernos hostiles el cuerpo de su enemigo. Cuando el asno vio que se podía herir con impunidad al fiero león, lo coceó en la frente. Entonces, el animal, a punto de expirar: «He soportado que los fuertes me hayan lacerado indignamente, pero, al tener que sufrirte a ti, desecho de la naturaleza, me parece que muero dos veces».

Moraleja:

Todo el que pierde su antiguo rango se convierte en objeto de burla aún de los cobardes en su penosa caída.

Fin de El león viejo, el jabalí, el toro y el asno de Fedro