El Jilguero y el Cisne de Tomás de Iriarte

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Lee la fábula para niños El Jilguero y el Cisne de Tomás de Iriarte, comprende las enseñanzas de su moraleja final y descubre también alguna curiosidad sobre la vida y la obra de su autor, Tomás de Iriarte. Si quieres, puedes dejar que nuestro lector automático lea esta fábula para ti, disfruta gratis del placer de la lectura de El Jilguero y el Cisne.

El Jilguero y el Cisne

– Calla tú, Pajarillo vocinglero,
dijo el Cisne al Jilguero;
¿a cantar me provocas, cuando sabes
que de mi voz la dulce melodía
nunca ha tenido igual entre las aves?
El Jilguero sus trinos repetía,
y el Cisne continuaba: – ¡Qué insolencia,
miren cómo me insulta el musiquillo!
Si con soltar mi canto no le humillo,
dé muchas gracias a mi gran prudencia.
– ¡Ojalá que cantaras!,
le respondió por fin el Pajarillo.
¡Cuánto no admirarías
con las cadencias raras
que ninguno asegura haberte oído,
aunque logran más fama que las mías!…
Quiso el Cisne cantar y dio un graznido.
¡Gran cosa!, ganar crédito sin ciencia,
y perderle en llegando a la experiencia.

Fin de El Jilguero y el Cisne de Tomás de Iriarte.

Moraleja

Nada sirve la fama, si no corresponden las obras.

Curiosidades sobre la vida y obra de Tomás de Iriarte

La consideración social de Iriarte había ido creciendo a lo largo de los años, a pesar de que se había ido instalando en un espacio en exceso polémico que le acarreó numerosas enemistades. En su madurez sigue escribiendo poesía, haciendo traducciones y participando de manera activa en el mundo del teatro. Mal conocida es, sin embargo, su poesía erótica en la que rinde tributo a la moda de su tiempo que cultivan la mayor parte de nuestros vates como Samaniego, Meléndez Valdés, los dos Moratín, entre otros. No existe una edición completa de la misma, aunque sus composiciones verdes fueron recogidas en las antologías más conocidas de finales del XIX y comienzos del XX.